¿Qué texto será?
― ¡Hay
una pared invisible! ―exclamó Miranda.
Los
oficiales de policía pudieron abrir la puerta de la casa sin inconvenientes y
podían ver el exterior de la casa. Sin embargo, ¡no podían salir!
― ¡No
entiendo qué está pasando! ―gritó Andrade.
De
pronto, la dulce viejita apareció con una mirada maquiavélica., apuntándoles
con un arma.
― ¡No
podrán salir! Esta casa está protegida con un sistema que activa un campo
electromagnético que bloquea todas sus entradas.
Rápidamente, Andrade se dispuso a sacar
su arma, cuando se percató que no estaba. Miranda hizo lo mismo.
― ¡Sois tan tontos que os habéis
quitado las armas cuando estaban desenterrando la caja! ―gritó la vieja.
Los policías estaban impactados. No
sabían qué hacer. Eran conscientes de que la vieja los había tomado por
rehenes.
― ¡Dejad la caja y huid, si queréis
vivir!
Los dos policías se miraron de una
forma cómplice y soltaron la caja. De inmediato, arrancaron a correr fuera de
la casa.
―No podemos contar nada de esto en
comisaría ―dijo Andrade.
―Por supuesto que no ―sentenció
Miranda.
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